Pues mi viaje ha comenzado.
Nuria y mi madre me recogieron en Madrid y por ahì me quedè un dìa, para recorrer un poco la ciudad, pero ahora con mi madre dicièndome cosas como donde viviò, trabajò y se casò. Interesante.
Al dìa siguiente fuimos a Granada, una ciudad metida en territorios andaluzes, donde el acento es como entre español-cubano-costeño.
La ciudad es bastante bonita, y se nota la influencia turu desde que llegas. La famosa Alhambra, resultò ser sorprendente. Un lugar de total tranquilidad, rodeado de bosque. Las comidas consistieron en cervezas y tapas gratis.
De ahí partimos al continente negro. Marruecos. Un lugar que me quedè con ganas de conocer el año pasado.
Fuimos a travez de Ferry, y ya desde ahì, las cosas como que se pusieron peliagudas, ya que una turu se estaba peleando con otro quien sabe por que en un tono bastante fuerte. Llegamos a Tangier, y de ahi nos fuimos directamente a Fez (la foto) vìa tren.
En el puerto marroquì fuimos acosados por multiples 'tuts', pero no fuimos victimas de ninguna chacalada, casi una, de un tipo que se molestò mucho con nosotros por 'perder su tiempo', le dimos 50 centavos de Euro para que no dijera que los mexicanos negreamos gente (demasiado por detenre un taxi, en fin).
Ya en el tren compartimos cabina, con una pareja bastante amena, que nos aconsejò mucho de cuidarnos en Fez y que si queriamos nos dieramos una pasada por su pueblo para que no gastaramos. Pueblo que por la ventana se veìa lamentable, pero ellos daban la impresiòn de ser casiques ahì. Decidimos no hacerlo y dejarlo 'para la pròxima'.
Durante la travesìa de cinco horas, la imagen que se veia a travéz de la ventana era lamentable. Basura y pobreza al por mayor. No quiero imaginar como están otros países del mismo continente pero mas limitados aún. 'Make poverty history' tiene mucho trabajo por hacer.
A Fez llegamos por ahi de las 11 de la noche, ya que el tren se retrasò como 40 minutos, dejandonos barados en un pueblo llamado`C de casa´(o por lo menos asi se pronunciaba) partidos de risa, tirados en el piso por todo y nada.
Al llegar a la ciudad (a la parte moderna) la búsqueda de hotel empezaba a resultar frustrante, ya que, en tres de los que habìamos preguntado estaban ocupados, hasta que de pronto, cual oasis en el desierto, se ven aquellas letras rojas anunciando algo asi como "hotel Alfath".
El alivio se acabò justo cuando entramos al cuarto, y notamos que en el baño habia dos cucarachas. No es el solo hecho de que hubiera cucarachas (ya que tanto mi hermana como yo las aborrecemos, y por cierto, yo por un trauma infantil), sino el tamaño de aquellas. Imaginen a la cucaracha más grande que hayan visto, y multipliquenla por tres. Decidimos clausurar el baño y usar los comunes, que no quiero ni siquiera intentar describir por que corro el riesgo de vomitar.
Ante tal porqueria, nos dimos a la labor de buscar otro hotel, el cual afortunadamente encontramos, mejor y bonito.
A mi maás puro estilo aventurero, nos fuimos a internar a la entigua medina de Fez, que es un conjunto de callejones estrechos atiborrados de gente, con burros y olores extraños. Pronto aprendi, que yo no puedo andar llevando a alguien mas a la aventura. Mis cheques los firmo al portador si quiero, pero con ajenos no puedo jugar.
Ya teniendo cuenta de la gran responsabilidad de traer a mi hermanita conmigo, he traido el Jesus en la boca desde entonces. Tuvimos la fortuna de encontrar a un grupo de cinco gorditas españolas y su guia, las cuales nos dieron permiso de unirnoles y conocer aquello. Vimos como se hacen las famosas alfombras, el barro, el pan, una tienda de hierbas, mezquitas, laton... pero nada se pudo comparar a la experiencia de conocer el barrio de los curtidores.
Fosas de piedra con agua grisacea y olor a carne muerta, donde se sumerge la piel del borrego y se curte en el agua con cal, a base de ser pisotedas ahi mismo, lavadas y secadas al sol, para despues agregarle color. Asqueoso. Espantosamente impresionante.
Yo hubiera querido ir mas adentro de Marruecos, pero llevar a Nuria mas alla, era muy arriesgado, para empezar porque como en todo pais de religion musulmana, a las mujeres las tienen bastante relegadas, y por ejemplo, cuando nos sentabamos en un cafe, la unica mujer era mi hermana; y eso no era del todo de mi agrado.
En fin, nos salimos de ahi asombrados de la vida de aquella gente, con un poco mas de èexico frances y con unos cuantos piquetes de chinches.
Derechito a Cadiz.