Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

martes, febrero 27, 2007

Frases de la semana

- Los niños gordos no deberían de correr...
Después de que Vanessa fuera aplastada por la pequeña gran humanidad de uno.

- Ni que el maestro estuviera pintado en la pared.
Dijo la directora, mientras yo escuchaba embarrado contra el muro sin chistar siquiera.

- !Esas si son patas!, y no como las que le echa mi abuela al caldo.
La elocuencia de Sebastián al ver una minifalda.

miércoles, febrero 14, 2007

Agresivida' veda'


Hace un año no lo hubiera hecho, vamos, ni siquiera lo hubiera pensado, y es que eso de la agresividad no es lo mío, nunca ha sido parte de mi naturaleza el reaccionar ante situaciones estresantes de una manera violenta.

Y sin embargo sucede que ya no es lo mismo. Ahora las manos se comprimen y la mandíbula se aprieta. Me cuesta trabajo pensar claramente y tranquilizarme. Es una sensación totalmente nueva, como una descarga de adrenalina con pizcas de furia de por medio.

Hasta imaginé una empresa dedicada a solventar la necesidad de descargar esa ira. Furia inc. , que se llamaría, "donde romper es primero", y através de un bat aliviar esa ansia de destrozar algo pegándole a jarrones, computadoras (viejas e inservibles para que los costos no sean muy altos), impresoras (de estas muchas y variadas, porque siempre dejan insatisfecho...), escritorios, sillas de madera que desprendan astillas por los aires, macetas, vasos, carrocerías de coches, cosas plásticas, azulejos, escusados, lavabos...

hasta pudiera segmentar el mercado y tener cuartos de distintos tipos de objetos, dependiendo de la profesión o del motivo del enojo, es lo que te toca destrozar. Así pues un mesero, puede quebrar sillas, mesas, saleros, pimienteros, azucareros, y cualquier eros que llegue a molestarle. Nunca figuras humanas o animales, por aquello de las conotaciones.


Recordando el suceso, a lo mejor estoy abaratando el término violencia, porque lo mío, no fue más que ir a tocarle al vidrio a un tipo que me había pitado (con la única razón de que él traía prisa y yo no), y preguntarle '¿que pasó?' , a lo que me constestó que me le atrevesé y que el venía encarrerado, siendo esto cierto, pero a medias -porque yo lo había visto y decidido que si alcanzaba a salir, de lo contrario hubiesemos chocado o de perdida él se hubiera amarrado - , y se lo hice ver diciéndole que venía a exceso de velocidad y en una zona estudiantil. Y ante tal verdad, ya no me pudo alegar nada, con lo que yo, me fui contento y con la frente en alto, orgulloso, de ese despliego de agresividad nunca antes visto en mí.