Se acabaron las vacaciones. Como si hubiera sido un fin de semana largo. Mucha fiesta, mucho trabajo, poco descanso.
Justo había empezado una rutina de ejercicio, que consistía básicamente en correr, y que ya llevaba 2 semanas de rutinaria, cuando este sábado en un duelo de futbol, un tremendo tirón pretende acabar con mi nueva-vida-saludable. Es una pena de veras, cuando uno se propone algo y algo más lo evita. En fin.
Por cierto tengo que hacer mención, tipo Victor Trujillo, de la frase de la semana, ya que casi me infarto al oirla "Demos gracias a Dios por la cascarita...amén".