me voy volando...

La idea del avión, nunca me ha gustado mucho. Es un invento realmente genial, pero hay algo que no me cuadra muy bien. Sí, yo sé, el medio más seguro de viaje y tal, pero somos el único animal de la naturaleza que desafía las leyes de la gravedad sin tener medios naturales para hacerlo. Uno no ve a un chimpancé lanzarse de un arbol para ver si planea, o hasta el propio Juan Salvador Gaviota que volaba y quedó embarrado ahí en la roca. Me da no se qué, miedo, yo creo que es.

Empecé a despedirme como es mi costumbre, y si se me olvidó alguno, perdón, pero es que había varias situaciones que empañaron mi concentración en estos días.

Fui a despedirme de mi abuela , y por supuesto, tener de ella la ya tradicional bendición con el cristo de cerámica. El cristo es viejísimo y a decir verdad chafón, pero si en algún lugar de mi persona queda algo de fé, está totalmente puesta en esa figura de yeso arriba de la cama de mi abuela.

No sé que tanto dice la oración, pero mi abuela balbucea algo mientras te percina con la figurilla. Ni quiero saber, ahí que se quede como parte del misterio de la fé.

Tengo otro miedo, pero esto es nota personal, ya que hace mucho el diario de papel se quedó atrás en fechas, y este ha pasado a serlo. Letras.