Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

sábado, abril 21, 2007

Arquetípico maestro de inglés


Hacía tiempo que de los maestros(as) de ingles tenía prejuicios.
Una cultura de 'maratón', hablando en inglés hasta en el baño, haciendo bromitas en ingles, solteros, amargadetes, "viajeros", "liberales", de tendencia hippie, de una 'cultura' muy hecha, gente de 'mundo'. Pura fantochanería.
Me tocó ir a un evento de Oxford para coordinadores de inglés, que no lo soy, pero para asistir a la ocasión me dotaron de tal título nobiliario.
Pura gente de esa ya descrita, empezando por la expositora, una viejilla con un traje de sastre azul pero de tela de pants o a lo mejor un pants con corte de traje sastre azul, da igual, horrible el outfit, un choclo que albergaba pies espantosos enfundados en media (de por si los pies, me dan no se que, y luego ver una chancla con media, hasta me dió escalofríos) y con una eminente dentadura chimuela de tipo ratón, o sea, nada más frontales de arriba y los de enfrente de abajo.
Que las presentaciones, que la experiencia, que "What do you do as cordinator?...- well, I cordinate...", que de donde vienen, que se presenten... todo en inglés.
No faltó el mamón que dijo que mejor no decía de que escuela venía, no le fueran hacer caras, que de todas formas hicimos porque pues que mamón ¿no?.
Me puede caer como patada en la espinilla que mientras se está dando la exposición no falte quien esté asintiendo constante y enérgicamente con la cabeza. Puta ¿para qué? me pregunto yo, si estás de acuerdo pues que bueno, !pero no!, hay que hacerle sentir a la viejilla de azul que tiene la razón.
Está también la típica señora que expresa su opinión compartiendola con expositora y con los presentes, volteando constantemente mientras habla con el auditorio, para ver creo yo, si encuentra alguien asintiendo con la cabeza.
Luego se nos ofreció el gancho con el cual fuimos arrastrados a dicha reunión disque británica. El desayuno. De menos, me esperaba un continental, frutita (como siempre papaya y medio pinchona), café, juguito, a lo mejor un huevo y una embarrada de frijoles, bolillo y mantequilla. Pero no, me imagino que el presupuesto no dió para más, porque se nos dió una torta de jamón (grande y con todo, eso sí, que no pensemos que son pichicatos) con papas a la francesa y un botesito de katsup. Incomodísima la situación, las mesas adornadas con mucha pompa y las sillas con fantasmas, los 'maestros de inglés', y no poder comer con cubiertos un desayuno, no se me hace correcto, le quita formalidad al asunto, además de que la chimuela de la expositora no le quedó mas que quedarse con hambre. Pero en fin, uno que tiene hambre, empezó por poner el ejemplo y embutirse la torta. Mientras me levanté por una coca, me alcanzó el mamón del que ya hablé. Imaginense a un clon mal hecho de Philip Seymour Hoffman, hasta con la misma voz de tenor y todo; me empezó a hablar de su experiencia, y hasta -entre nos- confesarme que "...I consider myself as a leader...", y mientras avanzaba la plática también lo hacía la prominente barriga de mi amigo Seymour hasta tocarme a la altura del antebrazo, no conforme, empezó a darme palmaditas con el dorso de los dedos y de vez en cuando tomarme del brazo mientras con la otra mano me apuntaba, haciéndome saber que lo que decía era de suma importancia. Un close-talker que diría Seinfeild. Que cosa más incómoda, de por sí no me gusta la gente que acerca mucho el rostro para decir las cosas, menos el contacto físico con un desconocido. Hay algo en el contacto físico de las pláticas o de los saludos que no me acaba de cuadrar. Generalmente lo evito. Un hola con la mano levantada es suficiente, ¿para que el beso en la mejilla?, sí, que la muestra de cariño, pero aún así, no, ¿a cuento de que hay que tocarse?. No me gusta, no lo he podido delimitar para explicarlo. Generalmente es con las mujeres, porque con el hombre, pues bueno uno tiende la mano y ya está, que no por eso no deja de ser desagradable, no falta el que solo da los dedos, o el que pone la mano blandengue, o el que te la aprieta mucho, o al que le sudan, o el que se queda con tu mano por demasiado tiempo...yiiii. Con las mujeres lo bueno es que hay contacto o no la hay, porque o es beso o no es nada. Aunque debo decirlo hay quienes me inspiran para dar un beso y abrazarlas, pero son pocas, y las razones (eso sí lo sé), es porque las aprecio mucho o es muy guapa. Sí, que superfluo, pero una guapa me puede codear todo lo que quiera.
De algún modo me safé del Seymour y me fui a sentar a una mesa donde había una maestra de inglés que conozco de vista y de holas casuales, que no falta decir es sumamente atractiva, y yo creo que lo es, por lo menos para mí, por esa indiferencia con la que mira el mundo, con unos ojos vacíos y ese aparente aire de ser única, pero sin caer en la arrogancia; no hay cosa más atractiva, pero desafortunadamnte esa disposición es nata, por lo que es muy difícil de encontrar. Ya estaba entablando conversación, forzándome a olvidar los detallitos de cualquier maestra de inglés, cuando aparece de nueva cuenta Seymour "May I join you Jaime?"...puts, pues que otra.... Si tenía mala imagen de este tipo por lo llevadito, su manera de tragarse la torta me llevó a repugnarlo. Lo siento por los que lo hacen, pero me incomoda el que alguien se coma una torta transversalmente, ni que fuera sandía. Para empezar porque me da una impresión de avorazado y para acabar porque invariablemente la persona acaba con toda la cara embarrada de torta. A punto estuve de pedirselo de la manera más atenta, !trágatela como Dios manda!. Enfrente y al lado de la atractiva maestra, una que pasó cada papa por una servilleta para quitarle grasa (que no estaban grasosas, pero bueno) y que para rematar de lo que le quedó en el plato, preparó un itacate en varias servilletas. No voy a expresar mi punto de vista al respecto de este hecho, porque no sé que razones llevó a esa persona a guardar la mitad de su torta en la bolsa...
Ya para finalizar la abundante que se la pasó participando y 'compartiendo' con el auditorio sus pensamientos, me dio una hoja con nombre, dirección, teléfono, lugar de trabajo y hasta un croquis para que no me perdiera, "Because you're new in this...so if you need any help, and I mean any, I will help you gladly".
Lo peor de todo, es que ahí estaba yo, un mestro de inglés con cultura de 'maratón', hablando inglés y hasta haciendo bromitas.