Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

martes, enero 16, 2007


Ahora que cambié de trabajo y me he convertido en un profesor de Inglés, las cosas cambian.

No solamente lo lógico; las personas nuevas, las distintas actitudes, comenzar a valorar miradas... sino el contexto en general.

No sé de donde me salió, pero justo cuando escribía algo en el pizarrón, me entró un poco de ansiedad. La parte alta de la espalda se calienta y me da comezón por todo el cuerpo.

Ya traía la maldita sensación de que estaba por entrar esa bola de pensamientos que me hacen dudar y arrepentirme de cosas que no tienen mucho caso, pero que me dejan una pesadumbrez muy grande.

Empeoró el asunto la gripa que me mantuvo metido en la cama todo el fin de semana. También un programa de drogadictos de más o menos de mi edad que habían hecho de su vida añicos al viento. Y lo más triste es que me identifiqué con ellos. (No por la parte drogadicta claro esta, ya que yo ni las he probado), sino por el fracaso que destilaban.
Alguna vez escuché decir a Ana Marcela (una ex-compañera de prepa) que su mayor temor en la vida era el fracaso. Creo que hasta me reí. Ahora no sé, ¿que va a pasar?.
¿Como me veía antes a mí mismo ahora? ¿como me veo el día de mañana? imaginarme algo bueno es fácil, pero algo objetivo, se complica.
Y es que el fracaso ya no es algo que puede llegar a ocurrir, sino es toda una opción, sea esta elegible o no.
Me duele la cabeza, y como siempre, sé que son cosas que me vienen, me alborotan y se van, pero por hoy, quise dejar registro de algunos 'porques' en mi vida.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Esos fantasmas ya pasaran, tal y como paso el fantasma del pobre leon de Heman enterrado en aquel kindersito...La vida sigue siendo facil Jaimoroquai...

1:43 p.m.

 

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