Evaluaciones

Me cae como patalla en la espinilla, que los profesores den con el "hilo negro" de la vida del estudiante. "Ustedes deciden chavos, ustedes son los que pagan por estar aquì" o "Es su futuro, ustedes saben..." o "A mì no me cuesta nada ponerles un diez" o peor aùn "El dìa de mañana veràn que es cierto".

Esas palabra no son nada para mì, depuès de haber sido apuntado con un dedo entre 131 estudiantes de 'èlite' y haber sido sobajado, y poco menos que humillado por algùn otro profesor.

!Que rabia me da!. "La calificaciòn no significa mucho, sino el conocimiento que obtienen". A ver si es pendejo el profe este (y eso que lo considero dentro de los que sabe). ¿Como decirle que yo SÌ estudio? que yo SÌ me doy mis leìdas y que llego a saber cosas que otros de mi clase no saben, porque tengo el nefasto vicio de leer. ¿Como decirle que al final la calificacòn SÌ importa? porque necesito el promedio para mi beca, y porque saliendo de la carrera, tu curriculum, consta de tu nombre, mail y promedio con el que saliste de la licenciatura. Algunos suertudos podràn hacer gala de algo màs, pero aùn asì es muy poco.

¿Como decirle que haciendo examenes con ganas de chingar a los que no estudian, tambièn se pasa joder a los que estudian en el experimento?, claro como nadie estudiò, nadie se diò cuenta de que el examen no tenìa ni pies ni cabeza respecto a lo que vimos, !pero yo SÌ estudiè!, yo SÌ sabìa que ese examen no era lo que vimos, que al final los que no estudian sacaron descaradamente el libro para buscar las respuestas y acabaron obteniendo mejor calificaciòn que yo. Calificaciòn que no vale en el sentido conotativo del saber, pero que vale y mucho en el sentido denotativo. ¿Como decirle que la que saca invariablemente diez cada mes, lleva a cada examen su acordeòn en su estuche de metal? Y ahì lo tiene un uno y un cero bien redondo. Y eso ni siquiera por hablar de los quejumbrosos que a base de argumentos sin razòn, repetidos hasta cansar al profesor, logran obtener mejores calificaciones.

Estudiè, de veràs que estudiè y no me fue tan bien como yo creìa. Me sentì destinado al fracaso, como si por primera vez en la vida, me sintiera con la espada de Dèmocles sobre mì, totalmente marcado por el destino para no conseguir nada.

Me dio rabia. Despuès tristeza.

En segundo de secundaria habìa sido la ùltima vez que le pedì ayuda a un profesor, y fue a Maru, mi maestra de fìsica. Me dio dos puntos en un mes si acababa el proyecto que yo, en un lapsus de querer ser genio, concluìa. Desgraciadamente los hamsters jamàs se subieron a la ruedita, para que esta con el movimiento prendiera un foco. Los dos puntos fueron un timo, cada vez que lo recuerdo me siento protagonista de un video-escàndolo.

"...Hola...buenas noches, soy Joaquìn Lòpez Dòriga,... y esta noche les tengo... este video-escàndolo, donde un alumno de segundo de secundaria...mire usted estimado pùblico,... los niveles de corrupciòn de este paìs,... o mejor dicho... las bajezas...llamado Jaime Rodrìguez,... toma dos puntos pagables atravès de un proyecto, y adivine que,... !nunca lo hizo!...".

Ahora, unos cuanto años despuès, esas asquerosas palabras salieron de mi boca "...èchame la mano ¿no?...", me consuela que la maestra (una de las mejores, cabe decir), me mirò largo a los ojos, sin sentimiento, una mirada totalmente analìtica, evaluando quièn se lo pedìa, porque si nunca lo habìa hecho, si era meritorio el que me ayudara. "Està bien pollito". Fue lo ùnico que dijo, pero yo sè que detràs de esa mirada la mestra tiene la certeza de que yo SÌ sè, de que yo SÌ estudiè.

Esa evaluaciòn mental que yo supongo por parte de mi maestra es lo ùnico rescatable de la jornada. Algunos diràn que estoy buscando justificantes para algo que no debìa haber hecho. Tal vez sì, tal vez no, pero para un ocho que saquè tampoco es para tanto.