Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

lunes, febrero 04, 2008

Andube de viaje otra vez. México, ciudad capital, que fue el destino. Fue de trabajo, y la verdad es que no hubo nada a destacar, a lo mejor, el que por fin haya entendido en toda la extensión, la frase de "arrimar lámina". Pero fuera de eso nada.
Ya en el hotel, y leyendo una revista que me gusta mucho, llegué a un artículo de sillas, artículo que pasé por alto la primera vez, pero luego ya en el insomnio de la noche, leí con atención.
De entre las tantas cosas de las que se puede hablar o escribir de una silla, apareció un detalle que me llamó poderosamente la atención. "El ser humano no puede estar en la misma posición más de 10 minutos".
Esto no lo sabía yo, bueno sí lo sabía, pero no de una forma tan científica. En otras noches de insomnio y ya por bastante tiempo, me da por quedarme quieto solo para ver si puedo aguantar mucho tiempo. Y no, es imposible no moverte, al rato da una ansiedad muy grande y te tienes que mover.