Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

domingo, septiembre 07, 2008

Día # 6



Como muy seguido en la calle, creo que como cualquier buen mexicano en este país. En coches viejos y mugrosos, en carritos donde te sirven personas ya un tanto andrajosas, en lugares donde parece ser una zona de guerra. Y sin embargo, muchas veces uno sale bien librado, en el sentido obvio de no caer muerto por una intoxicación.

El otro dia fui a algo más decente, supuestamente, ya que acudí a la Fragua. Conocido restaurante potosino de tacos, que ya hasta da franquicias. Pues no les quiero platicar la intoxicada que me pegué. Lo peor, y eso creo que nunca me había pasado, era un dolorón de estómago que no me dejó dormir en toda la noche. Y como no podía dormir, la mente se puso activa, y no dejaba de pensar en el trabajo. Con lo que me gusta pensar en el trabajo, y más a la hora de descansar.

En fin, me hizo un poco de gracia pensar que los tacos de los mugres, o doña pelos, como a lo mejor los conocen algunos, y que están casi enfrente que la mentada Fragua, nunca me han caído mal; me han dado agruras por la infame salsa de habanero que ofrecen, pero bueno, eso ciertamente es por culpa del cliente y no tanto de ellos. Es más ni siquiera me hizo daño aquella apestosa torta que nos daban en el servicio militar, y en cambio un lugar decente y de renombre....

Por cierto ya analizando el porque de esta situación, y haber concluido de que fueron los tacos al pastor, supusimos que fue, porque el trompo de pastor está todo el día colgado ahí a la intemperie y ante las inclemencias de cualquier insecto, humano o escape de automovil.