Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

miércoles, marzo 12, 2008

Las voces perseguidoras


Rosario, mayo de 1969


- Los premios son siempre una metáfora - dijo el Gordo mientras echaba aceite a las cebollas.

Roberto y Jorge, sentados en una mesa del fondo del Costa Brava, lo miraban y se preguntaban cómo era posible que tuviera esa habilidad para pertenecer y no pertenecer al mismo tiempo.


-Gordo y tu putísima madre ¿metáfora de qué?!


-Kawabata me cae bien…¿van a querer pepinos? y sigo pensando, es un desperdicio que un tipo como vos no escriba en algún lado...


-¡Sí, con una ametralladora me voy a poner a escribir yo! alucino con tus razonamientos, Capdevila...¿qué carajo querés que me ponga a escribir? ¿te parece que las cosas están para hacer literatura? a veces no te entiendo, enserio...


Jorge estaba callado y miraba el teléfono con insistencia. Eran las once y media de la noche y no era exactamente en el bar donde tenía que estar. Se le había ido la mano y otra vez llegaría tarde a su casa. Muy tarde.


Georgina Rôo


No suelo echar mano de fragmentos tan grandes que no me pertenezcan. Pero ese fragmento salió del blog de Georgina Rôo, a la cual por supuesto pedí permiso y me dio su autorización. Me llamó la atención (y lo publico aquí), por tener una bizarra conexión con mi contexto. Nombres y ambiente. Hasta tuve la misma sensación de cuando conozco a personas que tienen los mismo ademanes que alguien más. Es como un miedo reprimido. Es raro.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La foto es perfecta.

2:32 p.m.

 
Anonymous Anónimo said...

Le alabo el gusto al escoger un texto de Georgina Mr Fried Chicken.

:]

7:22 p.m.

 

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