Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

sábado, febrero 16, 2008

Pollo vs CHON


- Quiubo Pollo, ¿tienes juego de fut o que?

- Quiubo ¿como estás? No, nada más voy a ir a correr.

- ¿Por qué?


Ese 'por qué' me lo preguntaron como si yo hubiera dicho 'me gusta picarme con alfileres'. En la cara de ese que me estaba preguntando se pintó un gesto de incomprensión total.


- ¿Que por qué corro? pues por salud

- Chale que loco.


La verdad no que me molestara, pero ha pasado un mes desde aquella pregunta y corro mucho más de lo que solía correr. Debería de estar saludable y en condición para estas alturas.

Resultó que Ever me invitó a un partido de fut (ahora sí iba a un partido de fut), y yo pensé 'Voy a rendir...'. Sorprendentemente, sólo aguanté quince minutos de juego y salí pintado de amarillo. Por poco y me deprimo. Después de estar trotando cuatro kilometros diarios, y ¿no puedo aguantar más de quince minutos en un partido de fútbol rápido?. Me enojé con mi organismo. Como si las partículas atómicas que hacen los átomos, que a su vez hacen las moléculas, que forman organelas, que hacen células, que construyen tejidos, que se convierten en órganos, que crean sistemas y que finalmente llegan al punto de convertir todo eso en un organismo, específicamente el mío, no estuvieran trabajando conmigo. Nomás por eso y de puro coraje, fui a castigar a mi organismo con un par de grandes hamburguesas grasosas con papas, tocino y chiles en vinagre, extremadamente buenas. ¿Con que esas tenemos? pues ahí les va. Hoy, después de dichas hamburguesas, el organismo también tomó represalias, me atacó con la acidez.