So long...
De repente, la facilidad con que llegan las cosas puede, en vez de generar alegría, más bien pueden generar miedo.
Iba a resultar (porque ya no resultó), que mi ida a Disney por un año, ya era un hecho, cuestión de firmar papeles y tal. Sin embargo, la vida allá duraría una año, mientras que acá perdería uno y medio académicamente hablando.
¿Que es un año y medio? dirán algunos, académicamente hablando, para mí, poco, casi nada, pero después de haber perdido ya dos de esa clase, la verdad es que la idea toma fuerza.
Ya no sé si me da tristeza el haber rechazado la oferta, o es mera verguenza el pensar que no lo voy ha hacer por prejuicios cronológicos.
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