!Ay mamá, la calaca!
Este iba ser el artículo que me iba a encumbrar como escritor, pero bueno la grilla en este ambiente es mucha y al final la edición me dejó fuera... jajaja, no bueno fuera todo eso, en realidad no fue lo suficientemente bueno, y es que, en mi defensa, esto no es lo mío, pero espero que en base a práctica (como todo lo demás) mejore, así que ahora más que nunca acepto comentarios (tanto destructivos como constructivos).
!Ay mamá, la calaca!
El siglo 21 parece ser un poco más realista en ese sentido. El calentamiento global, las guerras, la amenaza nuclear, cosas un poco más palpables. Aunque no se puede negar que en el pasado no hubiera casos semejantes a los de ahora, la peste de Justiniano, la peste bubónica, la peste negra y cualquier peste comparable a nuestro SIDA, ébola o gripe aviar.
Lo que nos diferencia, es que ninguna de estas es trepidante. El SIDA es evitable y hasta hay quienes piensan que su virulenta existencia es fantasiosa, al ébola le bastó con devorar docenas de africanos que no tenían para donde correr (porque no los dejaron) y la gripe aviar se conformó con unos cuantos asiáticos (que la verdad, habiendo tantos…). Nada que ver con las cantidades industriales de muertes que producían las pandemias de antaño.
Pero, pareciera que está dentro de la naturaleza humana el despedirse de este mundo de una manera dramática, más ahora que no tenemos la necesidad de hacer piras de cadáveres contagiosos. Lo más moderno es una depresión. El cáncer del alma.
Una de sus más interesantes ramificaciones, la anorexia. ¡Hay que ver el poder de la mente!. Lograr que el psique de alguien bloquee y hasta aterre a una de las necesidades básicas del ser humano, es realmente extraordinario. El tema ha venido tomando importancia con los años, aunque el detonante parece haber llegado gracias a Isabelle Caro, la cadavérica modelo que adorna las calles de Milán en estos días. La imagen si se analiza con cuidado, no es grotesca. Lo grotesco viene del morbo que nos provoca pensar el como alguien se pudo hacer eso, el como alguien se puede negar a un instinto. ‘Mon Dieu!’ que exclamaron las franceses antes de prohibir una cosa tan atroz. Lo que es atroz es la realidad frente a esta enfermedad que empieza en la cabeza de una persona y que se propaga ya no por un estornudo, ni por sostener relaciones sexuales sin protección, ni mucho menos por la escandalosa sangre. Su contagio es sistemáticamente mediático. Una enfermedad de punta que trabaja de manera lenta pero masiva, y que igual está en Europa que Sudamérica. La imagen moderna del Apocalipsis es de esqueletos huyendo de la comida. Era mucho mejor la nostalgia del fin del mundo de otros tiempos, con muertos infectados arrojados por catapultas, doctores con máscaras de pájaro; de perdida había sentido en aquello, porque eso de negarse un taco, no tiene nada de romántico.
1 Comments:
NEGARSE A UN TACO??? JAJAJAJAJAJJA
JAMEEEEES!!!! COMO DIRIA LA KIKIS!!
10:53 a.m.
Publicar un comentario
<< Home