Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

martes, octubre 23, 2007


Pues se murió Doña Juana Meléndez (el doña, por mero respeto), a la cuál conocí una vez y lo único que me dijo fue "pues aunque quieras, ya no hay lugar en el taller". Alguna vez, leí o me dijeron que era una referencia para lo que la literatura (poesía) potosina se refiere, pero como a mí la poesía no me gusta mucho, la verdad es que no puse atención, recuerdo algún verso -probablemente ahora parafraseado- que decía:


"Quieren que me retire

!están pendejos!"


que si llamó mi atención y que me gustaría releer algún día de estos. Así pues descanse en paz Doña Juana.

Todo viene a cuenta por que lo vi en el blog de Álvaro, y por que el otro día encontré una carta que le iba a mandar, pero que nunca heché al correo. Tiene dirección de alguna parte de México, y me intriga de sobremanera lo que dirá, porque esa carta tendrá al menos unos dos o tres años, pero como técnicamente ya no es mía, no la he abierto, así pues esperaré a dársela a Álvaro personalmente para acabar con la intriga.