Ruta perimetral
Ahora que ha tocado moverme en el glorioso transporte pùblico mexicano, y màs especìficamente en el potosino, no dejo de asombrarme del folclore que emerge cuando las destartaladas puertas se abren trabajosamente (a excepciòn de los verdes y los amarillos).
Lo primero que ves, es aquel chofer de abultada pansa, y brazos potentes, bigote grande, pero poco abundante, alambreico de hecho. Haciendote la parada en donde te da, a ti y a èl, la regalada gana. !Ese servicio ni en Europa!. La mùsica ambiental del camiòn te envuelve; tan càlida. Cuando buceaba por el fondo del ocèano. Observas lo que te espera y profieres una pequeña plegaria ha la camaleònica virgen de Guadalupe, encaramada en un pequeño pedestal, rodeada de las lucecitas navideñas que le dan esas tonalidades tan distintas. Me enamorè de una bellìsima sirena. Pasas los tubitos giratorios, que invariablemente quedan a la altura de los huevos, y entras de lleno, y un tanto mallugado ya, a ese microcosmos. fuera del mar sin vacilar pedì su mano. Si te estabas pensando el meter tu delicado cuerpo a esa mole de gente,
por los estrechos recovecos que quedan entre cada uno, ya no tienes tiempo, el chofer ya diò el arrancòn que te hizo sumergirte en aquello. y nos casamos en la playa de caleta. "Ay con'per...uy, perdòn...cuidado con el golpe...con'per...con'per...que pena...". El calor y los humores humanos, cual somnìferos, comienzan a embaucarte en una pezadumbrez, parezida a la modorrez. Pero de eza en la que eztàz de mal humor. pasaron màs de nueve meses sin ninguna novedad.
El arrimòn, el agarre, la torteada, el pellizco, la embarrada, la apretujada, la manoseada. No son màs que amistosos saludos de bienvenida a esa pequeña sociedad. pero cerquita de los trece se enfermò de gravedad. Los conocidos no faltan, siempre hay alguien que conozcas en el camiòn. Por misantropìas mìas, prefiero no socializar en lo màs mìnimo en aquella flora y fauna, tan poco propicia para ese tipo de actividad. tuvimos un sirenito, justo al año de casados, con la cara de angelito pero cola de pescado. Sin embargo uno escucha aquì y allà, intimidades de gente que nunca se conocerà, pero ya con tanta confianza hasta dan ganas de llamarlos mejores amigos. "...Ay,doña chole, ya le digo, se fue anca el otro lado, rete-lejos, quesque chimago, chitago...sabe como...y aquì me dejò a la lupe con los dos chamacos y preñada...ya nomas que se alivie pa que se vaya a su casa...". Una mañana los soldados tiburones."...El compa se la echò ahì en el congal, y que hoy amanece con unas pinches ronchotas wey...". me condujeron a la corte de Neptuno. "...para remendar y cocer, sursir y cortar, la tijerita multiusos, llèvela hoy y sòlo hoy por 10 pesitos...".Se me acusaba que en un viernes de dolores. Ante tanto melodrama humano, uno jala el fabuloso cablesito para que paren el cachibache, mientras angustiado y a grito pelado se te escucha decir "..!bajan!!bajan...". A la sirena me comì en el desayuno. Una cuadra antes, una cuadra despuès. como ninguno me creyera me man.....
3 Comments:
chido gordo... ganó!
4:01 p.m.
Divertido tu relato!!! jajajajajaja!!
ese autobus abre las puertas a otro planeta....!
a veces habria que regresar a la vida simple para aceptar las complicaciones en forma mucho mas sabia...
Un saludo!!!
6:49 a.m.
Jaja de pronto haces que el ir y venir todos los días en perimetral o ruta 22 no sea tan aburrido. En especial en estos días lluviosos qu no se suben tanto los melodiosos cantantes y los afinados músicos. ;)
5:59 p.m.
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