Porque los pensamientos no se leen, primero se escuchan, luego se escriben, y entonces sì, se leen.

jueves, octubre 07, 2010

Las primeras horas



Así tan de repente como sucedió todo, ya estoy en Barcelona. El vuelo como siempre me pone un poco de nervios, y es que sigo insistiendo que tantas toneladas en el aire, por tanto tiempo, no es para menos la cosa, pero bueno, dormí todo el vuelo gracias a una botellita de vino tinto y una cerveza que las azafatas de british amablemente ofrecen.
Fui recibido por la prima Marijose y su familia, que ella de mí vendría a ser tía segunda…creo. Han sido lo que le sigue a amables y atentos. Juan (el esposo de Marijose) está de vacaciones y me dedicó los primeros días a acompañarme a la universidad y explicarme el funcionamiento del transporte público. Esto para mí, es invaluable, porque con el complejo de paloma de iglesia que tengo al tener que dar muchas vueltas al mismo lugar para ubicarme, me ha servido muchísimo para no perder mucho tiempo.
Mis primos segundos...o terceros, o cuartos o solo sabrá la genealogía… primos pues… Juanjo y Diego, también se han dado a la tarea de responder mis preguntas, y Juanjo, tuvo a bien invitarme a un antro llamado Global, que es un antro en las afueras de Barcelona (‘afueras’ que se traducen como otro pueblo llamado Sabadell). El dichoso antro, especializado en música electrónica, es una nave industrial acondicionada, por lo que es gigante. ¿Quién iba a pensar que los primero euros que iba a gastar estarían destinados a alcohol?, yo creo que nadie…aja.
La salidita al antro estuvo genial, que si bien es cierto no me ayudó en nada con el jet-lag y el resfriado que pesqué, valió muchísimo la pena.
Las atenciones pues de la familia Carrasco-Torres, han sido extraordinarias, al igual que la comida (buenísima por cierto, incluida el fideua, que es básicamente paella, pero en vez de arroz, lleva fideos fritos acompañados con alioli) y me han hecho sentir bien y ahuyentar cualquier síndrome del Jamaicón que pudiera merodearme.
Esto último es gracioso. El ya citado síndrome me parecía un tanto ridículo. Sin embargo ahora que he caminado nuevamente las Ramblas, la cosa se siente diferente. No sé, mi recuerdo de ellas era algo sumamente emocionante, y eso me sacudió un poco la nostalgia (en el pensamiento de: ¿y si cuando regrese a México, las cosas no se ven igual?). Ahora, las Ramblas, no han causado ese impacto en mí y me han llamado más la atención otras cosas, y creo que me vienen a la mente aquellas palabras de Álvaro “…mucho depende de la edad…”.
La búsqueda de trabajo y casita, va un poco lenta… entre que he ido a ver unas habitaciones feas, otras que parecen caras y una entrevista de trabajo fantasma (porque fui y nadie me abrió).
Lo otro relevante es que las clases ya empezaron, para mi sorpresa, la universidad acaba de reestructurar no sé qué bola de cosas, con otras tantas, que mezclaron en una licuadora, agregaron algo llamado plan Bolognia y media hora más de clases, y ¡voila!, el resultado no es una maestría, sino un MBA. ¿Qué cual es la diferencia?... pues como 3000 euros… que no voy a pagar, porque me valgo de uno de los dichos más bonitos de México. ‘Lo caído, caído’.
El primer módulo de clases es de Contabilidad, y el profesor que la imparte es bastante bueno y muy gracioso. Además me parece hilarante a mí, porque es catalán y al hablar el castellano, a mis oídos se escucha como si me estuviera dando clases, el mismísimo personaje de Andrés Bustamanet, Greko Morfema.
De mis compañeritos poco puedo decir aún. Hay dos bolivianos, dos panameños, una chilena y dos mexicanos (incluido yo) además de un montón de españoles, apenas estamos con las pláticas del clima, tan propias de la gente desconocida.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

como te he dicho siempre no eres un niño normal ..pero me encanta leer tu blog :).....

3:13 p.m.

 

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